JUEVES, 2 DE MAYO DE 2024. Jn 15,9-11. 21
COMO EL PADRE ME HA AMADO, ASÍ OS HE AMADO
YO
Después
de exponer la alegoría de la vid y los sarmientos, Jesús comienza a exponer la
del amor y la amistad con estas palabras: "Como el Padre me ha amado, así
os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté
en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud". Desde toda la
eternidad, el Padre ama al Hijo de tal manera que podemos afirmar que el Hijo
es fruto del amor infinito del Padre. Ahora, Jesús ama a los hombres, a cada
persona, y de manera especial a los que creen en él, hasta el punto de volcar
sobre ellos la misma carga de amor infinito con que él se siente amado por
Dios, que se define y es Amor (IJn.4,8). Pero el imperativo 'permaneced en mi
amor' entraña exigencias morales para nosotros. En el momento actual, pocas
palabras hay tan escurridizas y camaleónicas como el amor. Se presta a todo.
Por eso Jesús habla de un amor práctico y realista. Advierte: "Si guardáis
mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. Jesús añade a continuación el don
de la alegría. El gozo y la alegría de los discípulos serán inenarrables en los
encuentros con el Resucitado. De este modo la alegría pascual florecerá en todo
su ser.