LA MISIÓN DESDE LA RESIDENCIA FAUSTINO SOBRINO DE LLANES: CARMEN GARCÍA

La Fundación "Faustino Sobrino" como su denominación indica, debe su nombre a su Fundador y Donante D. Faustino Sobrino Díaz, natural de Llanes.

Emigró a Méjico, por su laboriosidad, espíritu industrial y recta conducta logra una

considerable fortuna. Llevado por su amor a los pobres y necesitados, mandó adquirir, con tal fin, una hermosa finca, en uno de los lugares más hermosos de la Villa, ubicada en la Avenida de San Pedro, próxima al Paseo de ese mismo nombre. Amplia y de grandes dimensiones, donde desde cualquier punto de la misma puede divisarse la belleza del mar y la montaña.

Al fallecimiento de todos los que llevaron a cabo la Fundación, le sucede como Patrono un hijo, quien inicia las gestiones para que se haga cargo del Centro una Orden Religiosa cuyo carisma encajara con los deseos del Fundador, es decir una entrega y abnegación total para con los más pobres y marginados, llegando a un acuerdo con las Religiosas Terciarias de San Francisco bajo el título de "La Divina Pastora"

Sin finalizar la construcción del edificio, un grupo de cuatro hermanas, se persona en Llanes, e inician los preparativos para ultimar y hacerse cargo del mismo. Se sabe con exactitud que en los primeros días del mes de marzo de 1894 ya restdían en el Centro las Religiosas que integraron la primera Comunidad.

M. Beatriz Gárate (Superiora) Sor Clara Torrandel
Sor Patrocinio
Sor Ignacia

Aquí empieza nuestra andadura con los primeros 1O ancianos de Llanes o alrededores, sin medios suficientes para atenderlos. Con fecha 7 de marzo de 1894 se redactan unas bases o directrices a modo de Estatutos donde se les marca a las hermanas lo que deben hacer y el cómo.


Para que los ancianos estuvieran atendidos dignamente, las hermanas trabajaron lo indecible para poder darles lo imprescindible. Según cuentan los que conocieron a las primeras hermanas, los esfuerzos que hicieron por sacar esto adelante, era para verlo, no para contarlo, hablan maravillas de ellas.

También todo el hambre que quitaron a tantos que llegaban a las puertas del Asilo a pedir un bocadillo, nadie se iba con las manos vacías, quitándose a lo mejor ellas de comer para dárselo a otros.

Todo esto durante muchos años y contado a grandes rasgos y con pocos detalles, no acabaría de escribir en un mes si tuviera que poner todas las penalidades que han tenido que pasar las Hermanas, pero como está hecho con tanta generosidad por su parte, solo queda decirles ¡Gracias hermanas!

Ahora en 2014, a nosotras nos toca hacer otras cosas, todo está mucho más cómodo, la Residencia goza de comodidades para Ancianos y trabajadoras, se vive como ellos se merecen y como nuestras hermanas fundadoras y su Fundador deseaba.

Nuestra labor es sencilla, a mí como Directora me toca la organización de la Residencia, me costó mucho el cambio, toda la vida con niños en Colegios, al aceptar el destino no sabía lo que conllevaba consigo, pero fui consiguiendo el hacerme con la situación y aquí estoy desde 2002.

Estamos en la Comunidad cinco hermanas, cuatro jubiladas y una en activo, todas colaboran en la Residencia en lo que pueden y sobre todo en hacer compañía a los que están más solos. También colaboramos en la Parroquia como Catequistas, Cáritas y en un Grupo de Vida Ascendente, también visitamos a enfermos en sus casas, servicio que nos solicitan desde la Parroquia y hemos aceptado.

Llevamos todo lo de Pastoral: Liturgia, celebraciones penitenciales en Adviento y Cuaresma, preparación de las fiestas, siempre con Eucaristía, administración de Sacramentos, cuando lo solicitan.

Nuestro mayor trabajo es "estar" si es necesario, las 24 horas del día, sobre todo al lado del que sufre o se debate entre la vida y la muerte.  Les acompañamos hasta el último momento y ofrecemos nuestro consuelo y ayuda a las familias. Nos hacemos presentes en todos lo funerales y entierros.

Desde hace tres años, el Patronato, nombró una Jefe de Personal, costó mucho el hacernos a este nuevo puesto en la Residencia, no estábamos acostumbrados a que dos personas nos organizaran,  sobre todo  el personal, tuvimos ahí  un  tiempo dificil  y creando un mal ambiente por parte de algunos, precisamente del Patronato, pero cuando uno va con  recta intención y solo busca el  bien y el  buen funcionamiento, y por supuesto con ayuda de mucha gente, sigue adelante y no se amedrenta con nada. Poco a poco las cosas van volviendo a su cauce.

Quiero agradecer a Dios, a las hermanas de la Comunidad y a todos los que me apoyaron y dieron la cara por mi en muchos momentos, el que todo esto vaya pasando y a mi no se me quita la ilusión de seguir trabajando con alegría dando lo mejor de mi misma a favor de los que me necesitan.

Nunca me falta tiempo para "estar" allí en el preciso momento ¿qué mas puedo pedir? Solo agradecer.



Llanes, 12 de marzo de 2014



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